Después de heredar en 1833 la Maison de Champagne adquirida por su tío, Louis Roederer decidió concentrar sus esfuerzos en diversos países, entre ellos Rusia. Poco tiempo después, el propio Zar supo valorar la extraordinaria calidad del Champagne de Monsieur Louis Roederer, enviando cada año al Jefe de Bodega de la Corte a Reims para participar personalmente en la elaboración de su Cuvée personal.
Un día del año 1876, el Zar Alejandro II hizo observar a su sumiller que nada distinguía las botellas servidas en su mesa, envueltas en servilletas blancas, de las que sus invitados podían comprar en los comercios del país.
A partir de entonces, exigió que su “Cuvée” personal se elaborara en botellas de cristal de fondo plano: gracias a este seguro medio de identificación, la botella se distinguía perfectamente de las demás. Así nació el champagne Cristal, presentado en una botella cuyo aspecto no ha variado desde hace más de un siglo, pero que otras marcas de champagne de la época, se aprestaron a imitar sin escrúpulos.
La Revolución de Octubre acabó con el mercado ruso. No obstante, la Maison Louis Roederer decidió continuar la producción de Cristal, que se comercializó en todo el mundo con verdadero éxito. Hoy en día, debido a su producción limitada, es difícil satisfacer toda la demanda.